Como has visto en el vídeo de la entrada La Ciudad Medieval, estos centros urbanos se caracterizaban por un urbanismo caótico y abigarrado, es decir, calles estrechas y sinuosas. Entre todos los edificios destacan diversos elementos: la catedral o iglesia mayor, el ayuntamiento, la plaza mayor, el mercado, la universidad y la muralla. A continuación tienes una imagen que te indica todos los elementos que se podían encontrar en una ciudad de la Baja Edad Media, pero recuerda, que de una a otro varían en función del poder económico de cada una.
El centro de la vida urbana es la plaza mayor, donde normalmente se sitúa la catedral o la Iglesia principal de la localidad. Es aquí también donde se suele situar el mercado. La otra zona principal será la que rodea al Ayuntamiento. Si la ciudad era suficientemente importante podía llegar a tener una universidad que atraía estudiantes de todos los lugares, como París, Salamanca, Toledo, etc. El resto de la ciudad se organiza en barrios, en torno a pequeñas iglesias.
Las ciudades medievales destacaban por ser insalubres, aunque había diferencias entre ellas. Algunas conservaban el alcantarillado y pavimento romano, otras tenían canales, a veces cubiertos y otras no, como alcantarillado y pavimentos más sencillos a base de guijarros y adoquines o simplemente el propio suelo. Por eso se caracterizaban por el mal olor y las epidemias. Animales domésticos como las gallinas y otros como las ratas se movían entre las personas. Además otro gran problema eran los incendios, pues muchos edificios se realizaban en madera y se propagaban con gran rapidez.
Sin embargo, la ciudad ofrecía otras ventajas: nuevas profesiones como alguacil, pregonero, recaudador, guardia, etc, a las que se añaden todos los oficios. Además, podemos encontrar juglares y malabaristas, así como trovadores. Se trataba pues de lugares llenos de actividades y de vida.
El siguiente vídeo de ArteHistoria, te ayudará a repasar todo esto.
El centro de la vida urbana es la plaza mayor, donde normalmente se sitúa la catedral o la Iglesia principal de la localidad. Es aquí también donde se suele situar el mercado. La otra zona principal será la que rodea al Ayuntamiento. Si la ciudad era suficientemente importante podía llegar a tener una universidad que atraía estudiantes de todos los lugares, como París, Salamanca, Toledo, etc. El resto de la ciudad se organiza en barrios, en torno a pequeñas iglesias.
Las ciudades medievales destacaban por ser insalubres, aunque había diferencias entre ellas. Algunas conservaban el alcantarillado y pavimento romano, otras tenían canales, a veces cubiertos y otras no, como alcantarillado y pavimentos más sencillos a base de guijarros y adoquines o simplemente el propio suelo. Por eso se caracterizaban por el mal olor y las epidemias. Animales domésticos como las gallinas y otros como las ratas se movían entre las personas. Además otro gran problema eran los incendios, pues muchos edificios se realizaban en madera y se propagaban con gran rapidez.
Sin embargo, la ciudad ofrecía otras ventajas: nuevas profesiones como alguacil, pregonero, recaudador, guardia, etc, a las que se añaden todos los oficios. Además, podemos encontrar juglares y malabaristas, así como trovadores. Se trataba pues de lugares llenos de actividades y de vida.
El siguiente vídeo de ArteHistoria, te ayudará a repasar todo esto.