La Antigua Grecia se localizaba en el Mediterráneo oriental y su área primigenia abarcaba las territorios situados al sur de la Península Balcánica, las costas de Anatolia y las Islas del Mar Egeo. La fusión de los distintos pueblos que ocupaban esta zona dio lugar a la civilización griega, también conocida como civilización helena. Este término procede de la palabra Hélade ( Ἑλλάς, en griego) y se refiere al territorio que habitaban los antiguos griegos. Estos eran conocidos también como helenos y compartían una misma cultura, lengua y religión.
Esta expansión permitió también la difusión de sus tradiciones, lengua y cultura y les llevó a contactar y comerciar con diversos pueblos a lo largo y ancho del mar Mediterráneo, llegando a la propia Península Ibérica.
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