Los mapas no solo representan de forma manejable la realidad geográfica, sino que nos permiten presentar de forma visual la información. Por eso, para poder trabajar con ellos, es necesario saber cómo interpretarlos.
Lo primero es es distinguir si se trata de un mapa topográfico (lo identificarás por las curvas de nivel que aparecen en él, las carreteras, las vías férreas, los ríos, etc.) o un mapa temático (presenta un tema concreto: vegetación, divisiones políticas, momento histórico, etc.)
Una vez tengamos eso claro, hay que intentar identificar el resto de elementos, como en la imagen que tienes a continuación.
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