El sector secundario español, al igual que el del resto de países, engloba la minería, la construcción y la industria. La primera de estas actividades apenas tiene un impacto del 0,2% tanto en el empleo como en el PIB. Esto se debe a varias características propias:
- preeminencia de la extracción de rocas y minerales no metálicos, destacando el yeso y la sepiolita.
Recursos mineros (Fuente: Carrion Web) |
- carencia de minerales metálicos como cobre, zinc, plomo, plata, etc. Aunque debido al valor estratégico de algunos y al desarrollo de nuevas técnicas extractivas.
- escasez de recursos energéticos que no cubren la demanda interna. Además a esto se añade la escasa rentabilidad de las explotaciones tradicionales del carbón.
Fuente: Crisis energética en Wordpress |
Esto es uno de los rasgos esenciales del sistema productivo español: la dependencia energética que supera el 80%. De ahí el interés por el desarrollo de las energías renovables.
Fuente: Greenpeace |
Al igual que en en el resto de países, la industrialización española ha estado muy influida por su historia. El inicio de la industrialización tuvo lugar a mediados del siglo XIX con sus primeros focos en Cataluña (textil), País Vasco (siderurgia) y Asturias (minería).
Con la pérdida de las últimas colonias, se produjo una repatriación de capitales que permitió el desarrollo de la industria. Otros acontecimientos que influyeron en ella fueron: la neutralidad en la Primera Guerra Mundial, el proteccionismo. Sin embargo, la Guerra Civil y la postguerra interrumpieron el desarrollo que no se reanudó hasta finales del la década de los 50. Entre 1959 y 1975 es el periodo del desarrollismo español. Tras 1975, se produjo un proceso de reconversión con la pérdida de ciertas industrias maduras como la siderurgia y los astilleros. En los años 90 y principios del siglo XXI, la producción industrial alcanzó su máximo desarrollo, pero el proceso de globalización y deslocalización ha favorecido la pérdida del tejido industrial.
Industria en España (Fuente: Mapas.org) |
Además, la crisis de 2007 golpeó duramente a uno de los motores económicos de España: la construcción. Con ella en recesión, la industria se vio severamente golpeada por la pérdida de sectores asociados a la construcción y el retroceso del consumo.
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