El trabajo del historiador se suele comparar con el de un detective. Lo cierto es que es un proceso complejo que no puede realizarse sin las fuentes históricas, es decir, documentos, imágenes, fotos, cuadros, etc. Las fuentes históricas se dividen en primarias y secundarias.
* Las fuentes primarias son todos los aquellos documentos, materiales, fotografías, vídeos, esculturas, edificios, yacimientos, tradiciones orales, etc., que corresponden a la época histórica que está investigando el historiador. Un ejemplo: una película rodada en los años 20 del siglo pasado, un periódico de 1923, la música, etc. son fuentes primarias para el investigador de esa época.
* Las fuentes secundarias, por otro lado, son libros, películas, fotos, vídeos, imágenes, etc., que narran hechos del pasado, pero no son testigos directos de ellos. Un ejemplo: un documental sobre las cruzadas, un libro sobre la conquista de Jerusalén y los cruzados, etc. son fuentes secundarias, porque no han sido realizadas o escritas cuando sucedían los acontecimientos.
El trabajo del historiador no sólo consiste en recopilar fuentes, debe organizarlas, clasificarlas, verificarlas, analizarlas y, después, escribir y dar a conocer los datos que aportan.
Para comprender un mejor todo esto realiza la actividad Investigando mi pasado
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